Un principio ético fundamental
El principio ético de justicia en salud se refiere al reparto equitativo de beneficios y cargas, asegurando un acceso no discriminatorio, adecuado y suficiente a los recursos disponibles.
¿Cumple nuestro país con este principio fundamental? Los datos sugieren que tenemos una gran deuda pendiente.
La Paradoja de la Cobertura
A primera vista, las cifras de cobertura del Seguro Familiar de Salud son un éxito: pasamos del 2.5% en 2005 a casi el 75% en 2018. Sin embargo, la justicia no está en el promedio, sino en los detalles.
- Según la encuesta ENDESA 2013, la población con menor cobertura a un seguro de salud era precisamente la del quintil de riqueza inferior. Los más pobres son los menos protegidos.
Inversión Pública vs. Gasto de Bolsillo
A pesar del sostenido crecimiento económico del país, la inversión en la salud de la gente no ha sido una prioridad:
- El gasto público en salud se ha mantenido por debajo del 3% del PIB, muy lejos del 6% que recomienda la Organización Mundial de la Salud (OMS).
- Como consecuencia, el gasto de bolsillo (el dinero que la gente paga directamente por una enfermedad) representó el 21.1% del gasto total en salud en 2014.
- La mayor carga de este gasto recae, una vez más, sobre los hogares de los quintiles más pobres.
Recursos Humanos: La Desigualdad Geográfica y Profesional
La injusticia también se refleja en la distribución de nuestro personal de salud:
- Médicos: Tenemos 21.2 médicos por cada 10,000 habitantes, superando el promedio regional. El problema es que la mayoría se concentran en las grandes ciudades, dejando desprotegidas a las zonas rurales.
- Enfermería: La situación es crítica. Con solo 3.8 enfermeras/os por cada 10,000 habitantes, estamos abismalmente por debajo del promedio de la Región, que es de 50.6.
Más Allá de la Eficacia: Un Imperativo de Derechos Humanos
La asignación de recursos para la salud no debe basarse únicamente en el costo-beneficio. Es un tema de justicia humana y equidad, donde la prioridad debe ser siempre proteger a los sectores más vulnerables de la sociedad.
Se debe asegurar que todas las personas puedan acceder a servicios de salud de calidad sin tener que experimentar dificultades financieras, entendiendo que:
La protección de la salud es más que nada un derecho.
Saludos,
Fundación Etikos